
El brote de Covid-19 ha cambiado la forma en la que trabajamos muchos diseñadores. Actualmente dirijo el equipo de diseño en una agencia de marketing con sede en México. Nuestra rutina en la oficina cambió drásticamente el 19 de marzo de 2020, cuando nos vimos obligados a cerrar nuestras instalaciones. Este cambio abrupto marcó el inicio de una nueva de trabajo remoto.
Antes de la pandemia, yo ya había planteado la posibilidad del trabajo remoto ocasional a los directivos y colegas de la agencia. Lo cierto es que la idea se recibió con escepticismo, considerada como una opción poco práctica y muy lejana.
La pandemia de Covid-19 demostró que este enfoque era posible. Descubrimos que nuestras responsabilidades podían ser realizadas desde nuestros hogares. Sospecho que en el futuro, muchos de nosotros desearemos adoptar un enfoque de trabajo mixto alternando entre la oficina y el hogar.
Personalmente, no he enfrentado mayores dificultades durante esta transición. Aunque reconozco que no ha sido una transformación perfecta, a lo largo de los meses, mi equipo y yo hemos logrado adaptar nuestras estructuras y métodos de trabajo previos.
Sin embargo, uno de los aspectos más notables es la disminución de la interacción. Los miembros de mi equipo creen que a pesar de haberse adaptado al teletrabajo, sienten nostalgia por la socialización en la oficina. Esto, en mi opinión, podría influir en la falta de motivación, especialmente si no se equilibra el trabajo con actividades personales. También, durante nuestras conversaciones, algunos colegas han señalado que la oportunidad de «aprender observando» ha desaparecido.
Personalmente, he notado que todo se ha vuelto más transaccional, lo que dificulta la percepción de emociones y de algunos problemas técnicos.

Reconozco plenamente que estoy en una posición privilegiada. Tengo la fortuna de contar con un empleo que me permite trabajar desde casa, garantizando así mi seguridad.
Medidas de seguridad en el lugar de trabajo
El trabajo remoto
En la agencia donde trabajo, se ha tomado el trabajo remoto como medida principal de salud, a pesar de que a veces se sugiere de manera velada que regresemos a la oficina. Sin embargo, no lo veo adecuado por una simple razón llamada desconocimiento. A pesar de la evidencia disponible, no se tiene conciencia en cuanto a la naturaleza de la transmisión aerea del virus, a través de aerosoles. Este desconocimiento se refleja en la actitud hacia el uso de cubrebocas.
Un ejemplo que he observado personalmente en mi lugar de trabajo, es la percepción de algunos, de que el cubrebocas no es útil y sobre todo de que es incómodo, y claro que lo es, pero lo es para todos. Aunque por lo menos no he escuchado el pretexto absurdo de que amenaza la libertad.
La perspectiva sobre el uso del cubrebocas podría ser indicativa de diferencias culturales y personales en relación con el equilibrio entre el bienestar colectivo y el individual, pero que sin embargo afectan la implementación de medidas que eviten la propagación del virus en la oficina.
No ayuda que el mensaje en muchos países como México, se ha enfocado en el lavado de manos y no en el uso de cubrebocas y ventilación. Lavarse las manos evita muchas enfermedades infecciosas, pero la transmisión por contacto de COVID es muy improbable e infinitamente más alta por medio de aerosoles.
La posibilidad de regresar a la oficina
Desde mi perspectiva, sería plenamente factible retomar la actividad en la oficina siempre y cuando todos utilicen cubrebocas de manera constante, sobre todo durante conversaciones. El segundo aspecto es que se garantice la implementación de una ventilación cruzada adecuada. Afortunadamente, esta última medida es fácil de aplicar en la agencia en la que trabajo, gracias a la presencia de amplios ventanales.
El tercer aspecto y que resulta innegable es que nadie con síntomas de enfermedades contagiosas debería acudir a la oficina y mucho menos sin cubrebocas. No obstante, es un desafío lidiar con el desconocimiento generalizado, ya que muchas personas siguen creyendo erróneamente que los resfriados no son contagiosos. Lo anterior los lleva a descartar sus síntomas de COVID reduciéndolos a un «resfriado», que de cualquier forma es causado por rinovirus y otros coronavirus. Pasa lo mismo con la gripe, que en realidad se trata del virus de la influenza. Por último, persiste la noción equivocada de que el frío o mojarse son causantes de los resfríos, por lo que siguen acudiendo a trabajar con síntomas.
El transporte al trabajo como desafío
Debemos considerar cuidadosamente el hecho de que las probabilidades de enfermarse se incrementan en el transporte público, por lo que durante el transporte al trabajo deben utilizarse respiradores que han pasado pruebas de calidad (KN94, N95) para disminuir las posibilidades de enfermar. Estos cubrebocas son costosos y difíciles de conseguir, por lo que si fuera indispensable que los empleados acudan al lugar de trabajo, proporcionarles estos respiradores sería una buena medida de reducir el riesgo.
Indudablemente, priorizar la seguridad y el bienestar de los empleados representa una elección beneficiosa para los empleadores. Esta consideración surge tanto de la necesidad de cumplir con las disposiciones legales y normativas, como de la prudencia financiera al evitar los posibles costos asociados con el ausentismo laboral.
No menos importante es el hecho de que un entorno laboral seguro y saludable genera un atractivo significativo para nuevos talentos y para la retención del personal existente. Cuando estos pilares no se respetan, los empleados pueden percibirse como poco valorados, lo que puede minar la moral, el compromiso del equipo y acelerar su salida, generando costos adicionales de capacitación, el incremento de la carga de trabajo para otros empleados, falta de estabilidad entre otros problemas.
Cuidar la seguridad y salud de los empleados va más allá del cumplimiento de las normas legales, muchas veces desconocidas tanto por empleados como empleadores. Representa una inversión inteligente que impacta positivamente en la cultura de la empresa, en la satisfacción de los trabajadores y en la salud financiera a largo plazo de la organización.
Productividad en el trabajo
En mi experiencia personal, el impacto en la productividad ha sido mínimo en nuestra situación. Hemos estado utilizando durante más de un año un software llamado Clockify que rastrea el tiempo de trabajo de manera sencilla, lo que me ha permitido comparar el tiempo dedicado a proyectos tanto antes como durante la pandemia. Afortunadamente, he integrado siempre las herramientas que requerimos en el método de trabajo de mi equipo. Esta práctica, que presento como no opcional, ha sido recibida con buena aceptación por parte de mi equipo, ya que se ha convertido en un hábito y ha aportado una estructura valiosa al trabajo.
Esta ventaja resulta especialmente notable en comparación con las experiencias que he compartido con otras personas en relación con la organización de sus labores. No obstante, el indicador más sólido de nuestro éxito es que nuestros proyectos se entregan puntualmente, cumpliendo con estándares de calidad adecuados con la aprobación de nuestros clientes. Estos aspectos refuerzan la efectividad de nuestro enfoque de trabajo y la manera en que hemos abrazado las herramientas tecnológicas como aliados para mantener la eficiencia y la excelencia en nuestro desempeño.
La importancia de conservar a los clientes existentes
Por otro lado para ser productivos se necesitan proyectos y para esto se necesitan clientes. Si bien es crucial contar con al menos un 10% del personal dedicado exclusivamente a las ventas para captar nuevos clientes (y más si son clientes B2B), no es inusual que las agencias pequeñas hagan un trabajo bastante pobre promocionando sus propios servicios, esto debido a que sus recursos están centrados en los clientes. Tampoco es inusual que los CEO’s se encarguen de las ventas (un poco menos de la mitad de las agencias); si bien no es el escenario ideal, este puede ser sostenible durante cierto tiempo hasta que el crecimiento obliga a que se invierta en alguien totalmente dedicado a esta área.
Dado que la comunicación se ha vuelto mayormente virtual, es imperativo evitar que los clientes se sientan desatendidos, asegurando tiempos de respuesta ágiles y eficientes. Esto implica no solo cumplir con los proyectos, sino también brindar una atención al cliente excepcional en todas las áreas, dando seguimiento una vez terminados los proyectos, adelantándose a sus necesidades. En momentos de incertidumbre, descuidar esta atención podría llevar a que los clientes opten por reducir servicios para recortar gastos o incluso buscar nuevos proveedores, es aquí en donde se vuelve riesgoso que quienes llevan las ventas y atención al cliente de forma parcial no estén totalmente dedicados a esto.
Esta situación forzaría la necesidad de intensificar los esfuerzos de ventas, generando costos adicionales que desequilibrarían el aspecto económico de aquellas agencias que no están preparadas, llevándolas a un modo de emergencia. Así que esperemos que esta crisis pueda ser sobrepasada por la mayoría de negocios de rama similar que como el caso de mi lugar de empleo, se encontraban inmaduras en algunos aspectos cuando se presentó esta crisis.
Beneficios de trabajar desde casa
Hablando de mi rutina diaria, hay aspectos relacionados con el trabajo que han tenido un impacto positivo en mi vida:
- Ahorro de tiempo en el transporte: Ahora, el tiempo que solía gastar en el transporte ha desaparecido por completo. Esto me ha brindado la oportunidad de dedicar tiempo a actividades que antes me resultaban difíciles de encajar en mi día. Si bien en ocasiones trabajo durante más tiempo, este beneficio lo compensa.
- Mayor tiempo para descansar: Puedo disfrutar de una hora a hora y media más de sueño, lo cual ha marcado una diferencia considerable en mi calidad de vida.
- Comidas saludable: Ahora tengo la posibilidad de disfrutar de comidas recién preparadas, servidas en platos en lugar de envases de plástico que en México, a menudo les llamamos «tuppers». Esta mejora en mis hábitos alimenticios es invaluable.
- Flexibilidad: En México se da normalmente una hora libre para comer. En mi caso esta se ha vuelto más versátil. A veces, puedo comer en media hora y dedicar el resto del tiempo a actividades como jugar, salir a caminar o simplemente relajarme. Tener diferentes momentos para descansar y recuperar energías es una gran ventaja.

Desventajas de trabajar desde casa
Ahora, algunas desventajas:
- No hay una desconexión clara del trabajo: No sólo trabajo en casa, sino que también me entretengo en casa. La mayoría de los establecimientos están cerrados, no veo a amigos y familia por precaución, por lo que salir se limita a dar paseos.
- El tiempo de trabajo se extiende más que en la oficina: Muchas veces trabajo más porque parece más fácil quedarme enganchada con los proyectos.
- Falta de comunicación efectiva : Debido al estilo informal de comunicación de la agencia, noto una disminución en la efectividad, e incluso me atrevo a decir que se percibe como falta de supervisión y de dirección a nivel general. Estoy segura muchos enfrentan este problema en la situación actual, y que debe sí o sí ser tomada en cuenta.
- Utilizo mi equipo de cómputo personal: Tenemos asignado una computadora de escritorio que podemos traer a casa, pero esto implicaría gastar más luz, y aunque este costo extra debería absorberlo la agencia, por el momento no parece factible y para mí implicaría además trabajar mucho más lento al ser el equipo menos potente que mi laptop.
- Videollamadas excesivas: Esto era más común al inicio, donde parecía que había más llamadas que trabajo efectivo, pero afortunadamente se están regularizando a la baja.
- Sedentarismo: Camino unos 3km menos que cuando iba a la oficina, precisamente porque ya no tengo que desplazarme y no es posible visitar muchos lugares. Afortunadamente estoy armando un pequeño gimnasio en casa para contrarrestar esto.
La pandemia pasará, pero esta crisis dejará muchas lecciones
Existe la certeza de que esta situación eventualmente pasará, y resulta fundamental que las empresas demuestren su capacidad para actuar durante momentos de crisis. Asimismo, considero que la modalidad de trabajo completamente remoto podría disminuir a medida que mejore la situación; sin embargo, creo firmemente que el enfoque de trabajo mixto llegó para quedarse, pues se verá como un gesto de preocupación por el bienestar de los empleados.
Las crisis generan cambios
Las crisis tienen el potencial de catalizar transformaciones en nuestra percepción del mundo. En mi entorno laboral ya he sido testigo de situaciones de crisis emocionales y sé que ninguna organización es ajena a esto. Siempre he considerado prioritario el bienestar de mi equipo y mis colegas, y es innegable que esta situación genera ansiedad e incertidumbre. Por supuesto, tener a un familiar gravemente enfermo o incluso vero fallecer es un evento que impacta la vida. En este contexto, la empatía y la comprensión cobran aún más relevancia.
Para mí, ha sido de gran ayuda recordar que el trabajo es una dimensión específica de la vida, con su propio compromiso contractual. La noción de respeto mutuo es fundamental, y por ello he mantenido una actitud prudente en relación con la etiqueta de «familia» que algunas empresas emplean, y que desdibuja lo profesional y lo personal. Aunque valoro mucho tener relaciones amistosas en el entorno laboral, considero que la definición de límites claros en términos de respeto contribuye a mi capacidad para disfrutar y enfocarme en mis responsabilidades profesionales.
La satisfacción derivada de mi trabajo es personal, pero mi relación con el trabajo es profesional.
Desde mi perspectiva personal, hallar satisfacción en el proceso de aprendizaje continuo y en la entrega de soluciones excepcionales a los clientes es mi motivación primordial. Enfocarme en estos objetivos me brinda un profundo sentido de realización en el ámbito profesional.
En el entorno laboral, precisamente esta pandemia ha revelado aspectos de nuestra estabilidad emocional y habilidad para manejar conflictos e incertidumbre. También ha arrojado luz sobre la dirección en la que canalizamos nuestras frustraciones, por ejemplo si se dirigen hacia nuestros colegas, empleados o supervisores, de forma disfuncional o saludable. Incluso, para mi sorpresa, ha dejado al descubierto la solidez e incluso las distintas perspectivas de lo que consideramos ética personal.
Buscando sentido sin evitar el cambio
En este contexto de crisis , muchas personas buscarán nuevas oportunidades tanto laborales como de vida, como menciona un famoso autor en «El hombre en busca de sentido». La incertidumbre y la reflexión sobre el sentido de la vida pueden impulsar a las personas a reevaluar sus caminos y tomar decisiones que busquen un mayor propósito y satisfacción.
Lo que tengo claro es que, como todos, no seré ajena a los cambios debidos a la situación actual. Preveo ya ciertos escenarios que enfrentar a mediano y largo plazo. Lo que realmente valoro en la vida ha cobrado protagonismo y mis metas personales y profesionales han adquirido nuevos matices.
Suelo tener paciencia y capacidad para tomar decisiones autónomas que se alineen con mis valores y aspiraciones. Aunque inicialmente podría parecer que no soy reactiva ante ciertas situaciones frustrantes, en realidad estoy ejerciendo mi resiliencia y capacidad para tener un enfoque coherente con mi visión a largo plazo.
¿Cómo has pasado tú esta pandemia?¿Has conservado tu trabajo? ¿Te has adaptado al teletrabajo?¿Cómo han reaccionado tus empleadores?¿Has revalorado otros aspectos de la vida?